viernes, 29 de mayo de 2015

I - Las memórias del Agua

Once upon a time, in a not so far place...

I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams glitter in the dark near Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain... Time to die. (Roy Batty)

...Erase una vez en un sitio no muy lejano... había un pequeño velero llamado “Agua”, blanco, 9 metros de eslora, tal y como el nombre de su modelo indicaba, diseñado y construido en España, como monotipo con espíritu regatero. Su dueño había gastado todos sus ahorros en adquirirlo, de segunda mano. Había tenido un par de temporadas deportivas con otro nombre, pero esta no era la intención de su nuevo propietario, el cual, una vez realizado el ritual marinero de cruzar tres veces su estela, lo había rebautizado así; “Agua”.

A su nuevo propietario le gustaban los juegos de palabras, los dobles sentidos... ¿y que mejor juego de palabras y dobles sentidos que Agua?... ¿donde estas?... en el agua... ¿a donde vas?... al agua...

Este pequeño velero, era el reducto de su armador, nunca fue pisado por quien en ese momento era su esposa, ni por nadie más de su familia, ya que no compartían esa “droga” que el sentía por la mar.

La tripulación de este pequeño velero la componían su armador/patrón y el inseparable compañero de este, un perro de raza boxer, atigrado, llamado Murdock -si, evidentemente este nombre también tenía su historia de dobles sentidos y cierta retranca-

El pequeño “Agua” no disponía de mucho equipamiento, el normal en esas épocas, sin excesos, una corredera, un equipo de viento, un compás en el mamparo, caña, una emisora VHF, una sonda y poco más. Suficiente para pasar algunos fines de semana a bordo y servir para los desahogos espirituales de su armador y patrón.

La ruta del "Agua"
Un día de septiembre, su patrón, con una sentencia firme de divorcio -duro divorcio no buscado ni deseado por el- en el bolsillo recién recogida, dos latas de sardinas, una lata de atún y una bolsa de pan de molde, su grumete cuadrúpedo Murdock y poco más, soltó las amarras en su puerto... con la única intención de salir a dar una vuelta que le despejara de todos aquellos problemas y malos momentos que le habían sucedido durante los cinco o seis meses anteriores...

Una vez fuera de la bocana de aquel puerto, el patrón se hizo la misma pregunta de siempre... ¿babor o estribor?... y esta vez toco estribor... hacia el oeste puso rumbo... hacia la puesta de sol... y así comenzó una aventura de 7 meses que les llevó hasta Tasmánia y retorno, al patrón, a Murdock y al Agua...

Hoy hace 25 años que crucé tres veces la estela del “Agua”... 






martes, 12 de mayo de 2015

De “Gorrillas” náuticos y otras curiosidades italianas

Todos, o casi todos, sobre todo si somos andaluces, estamos habituados a los tradicionales “gorrillas” que nos “buscan, facilitan, ayudan y vigilan” nuestro aparcamiento y nuestro coche/moto -tendría que hablar en pasado, ya que hace algún tiempo decidí liberarme de la esclavitud de los vehículos terrestres ¡pero mira que soy raro!- esta figura, que en nuestra amada “tierra de liebres y conejos” (Hispánia para los leídos y escribídos) como sería llamada por los primeros griegos que se aventuraron por estas costas intentando comerciar con los tartésicos, se ha acabado convirtiendo en un “o me sueltas la mosca o te re-decoro el coche/moto”.

Ya nos situamos en el tipo del que hablamos ¿no?, pues bien, en Italia existe una versión náutica... los “omaggiatore” (Don Anónimo acaba de corregir mi pesimo italiano... no son "omaggiatore", sino "ormeggiatore". Gracias de nuevo Don Anónimo... pero es curioso que amigos italianos que han leído el post no hayan caído en la cuenta de tan garrafal error y eso que a algunos se lo pasé con antelación para que corrigieran o actualizaran alguna de la información contenida, seguramente debe de ser achacable a lo similar de ambos términos).

Omaggio en italiano es “homenaje”, pero también es “propina” y es de esta segunda acepción de donde viene el nombre del oficio.

Especímenes de Gorrilla Ibérico en acción
Pongámonos en situación... llegamos en nuestro flamante -o no tan flamante- barquito a un puerto público no deportivo, y esta es “conditio sine qua non”... PÚBLICO NO DEPORTIVO, italiano, buscando un amarre en algún pantalán o boya o muerto, que evidentemente no hemos reservado porque nos han dicho -Sta. Guía IMRAY, Biblia verdadera del crucerista avezado- que en Italia, en los puertos públicos no se reserva amarre... y de pronto comprobamos, algo acojonados ciertamente, como tres o cuatro “gommones” o barquichuelas con un tipo o un par de tipos a bordo -si es un puerto grande o mediano, si es un puerto pequeño no habrá ni gommone, será un tipo pegando voces desde el pantalán o el muelle-, se lanzan hacia nuestra querida embarcación, como solo un italiano es capaz de hacer volar esos chismes dentro de un puerto, rivalizando entre ellos por llegar los primeros a nuestra banda (esto puede llegar a convertirse en una carrera de “barcas de choque”). Haciendo espavientos y hablando a voz en grito... “Aquí... aquí”... “Yo... yo”.

Una vez superado el susto y el trance, caemos en la cuenta de que son los famosísimos “omaggiatore” ("ormeggiatore"), de los que en alguna ocasión habíamos oído hablar a algún crucerista francés, o inglés, o habíamos leído de su existencia en las bitácoras publicadas de algún navegante patrio.

Seleccionar el omaggiatore ("ormeggiatore") adecuado es toda una ciencia, pues no debes de fijarte en lo bonita que es su barca o su gommone, debes de haber estado “ojo avizor” y haberte dado cuenta de que zona del puerto provenía el tipo, como está esa zona, que tipo de barcos hay y como están amarrados, como de despreocupados están los ocupantes de esos barcos... ¡en fin! Toda una pléyade de detalles, de esa selección dependerá tu bienestar o malestar en ese puerto italiano.

Estos individuos, tras haber negociado y regateado el precio de sus servicios -recordad que en Italia TODO se negocia y se regatea- te guían hacia un pantalán determinado, o hacia una boya determinada, o suben un muerto donde tu jamás hubieras pensado que podía haber uno, te ayudan en las tareas de amarre y más.

Si has elegido bien -como ya he dicho antes, toda una ciencia por si misma-, el omaggiatore ("ormeggiatore") te hará la entrada y salida del puerto, se ocupará por ti, de los trámites ante la capitanía, los carabineros, la guardia de finanzas... (todo eso dependiendo de tu bandera). Si has elegido bien, te proveerá de diésel a un precio “no náutico”, de agua, incluso será capaz de hacerte la compra de fruta, verdura, carne, pescado... Y esto, como bien podéis comprender, te da mucho tiempo, seguridad y confianza para posteriormente ponerte tu a investigar por tu cuenta, a descubrir por tu cuenta... sobre todo, porque el tipo, te habrá indicado también esos lugares que los “locales” conocen y tu no.

Logo de la LNI
Ahora bien, ¡Amigo!, si has elegido mal, date por j...do, porque tras amarrarte, si es que lo llega a hacer y no se queda de brazos cruzados mirando desde su gommone como te deslomas para intentar amarrar, cobrará su omaggio y no lo volverás a ver mas... y ahí es donde a ti, españolito de pro, te tocará buscarte la vida, primero frente a la farragosa administración pública italiana, y luego frente a todo lo demás.

Durante los años de “bonanza” esta actividad descendió mucho, pero con “la crisis”... y conociendo a los italianos y como “bichean” para sacar una lira...

Otra de las curiosidades náuticas italianas, son los pantalanes/amarres de la “Lega Navale Italiana”. Esta, es una asociación medio pública -la Armada Italiana, los Carabineros, la Guardia de Finanzas forman parte de los “patronos” de la Liga-, medio privada, tipo “Club náutico” a nivel nacional, que se encarga de fomentar la náutica de recreo, la competición náutica, la cultura náutica... ¡vamos! Todo lo relacionado con el mar.

Bien, esta Liga Naval, tiene amarres en todos los puertos públicos italianos, amarres que utilizan para sus actividades náuticas y para sus socios -cualquiera puede ser socio de la Liga- en tránsito, y además, y he aquí lo interesante -para nosotros-, para cualquier transeúnte que sea miembro de un club náutico, que llegue hasta sus pantalanes enarbolando el gallardete de su club. Estos atraques suelen ser bastante económicos, suelen estar “aseaditos” y bien vigilados -no en vano, los barcos de los guardacostas atracarán cerca vuestra-. Así que cuando veais que el atraque que os ofrecen los omaggiatore no os convence mucho, dirigiros directamente a esos atraques de la Lega Navale Italiana, os tratarán muy bien, siempre y cuando no seáis unos cafres -entendámonos... no salir en bolas a la bañera del barco, estar medianamente aseados, no armar follón con festejorros y barbacoas salvajes en la bañera...- En la propia oficina de la Lega Navale, podremos hacer fácil y rápidamente todas las tareas administrativas de entrada-salida, nos aconsejarán sobre la meteo local, y todas esas ayuditas que tan bien recibidas son cuando llegamos a un puerto ajeno al nuestro.
Gallardete de la LNI - suele estar izado en todos sus muelles y pantalanes

Eso si, además del gallardete, deberéis justificar vuestra pertenencia a un Club Náutico, con la tarjetita de marras que nunca nos acordamos donde la hemos dejado. Incluso si “nos portamos bien”, ellos mismos, se encargan de notificar a la oficina local del puerto siguiente de nuestra arribada, para que no les pille de sorpresa y nos tengan un amarre “aseadito” esperándonos, cosa que también es de agradecer.

Para poneros en contacto con ellos, podéis hacerlo a través de su web: http://www.leganavale.it

Para ver las direcciones de sus oficinas, teléfonos, correos electrónicos... hacéis click sobre “dove siamo” y una vez allí, seleccionáis la zona deseada. Os aparecerá una lista con sus delegaciones y todos sus datos, además de un mapa google donde con un gallardete o con su escudo marcan los puertos/localidades donde se encuentran. Fijaros que en los datos de las delegaciones locales hay o suele haber dos direcciones, una la de la “sede social” y otra la de la “sede náutica” que suele estar ubicada en el puerto.


Aqui os dejo esto... basado en mi propia experiencia. Puede que algunas cosas hayan cambiado, ya sabéis “la jodida crisis” y todo eso...

viernes, 8 de mayo de 2015

Sirenita Inés... Descansa en Paz


Alfonsina y el mar
Por la blanda arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más.
Un sendero solo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda.
Un sendero solo de penas mudas llegó
hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia te acompañó
qué dolores viejos calló tu voz,
para recostarte arrullada en el canto
de las caracolas marinas.
La canción que canta en el fondo oscuro
del mar, la caracola.
Te vas Alfonsina con tu soledad,
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar.
Cinco sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral
y fosforescentes caballos marinos harán
una ronda a tu lado;
y los habitantes del agua
van a jugar pronto a tu lado.
Bájame la lámpara un poco más,
déjame que duerma, nodriza, en paz
y si llama él no le digas que estoy,
dile que Alfonsina no vuelve más,
y si llama él no le digas nunca que estoy,
di que me he ido.
Te vas Alfonsina con tu soledad,
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar.

lunes, 4 de mayo de 2015

Sociedad "Coronel Tapioca"

Hace ya cinco años (10/Enero/2010), mi admirado Don Arturo escribía este artículo, en su "Patente de Corso".

Y los acontecimientos de los últimos días, no hacen más que darle la razón, y lo que es peor, dármela a mi.

Me explico... Desde hace mucho tiempo, pienso que estamos convirtiéndonos en una sociedad de lerdos.

¡Joder Paco, como te pasas!, podréis pensar... y puede que llevéis razón, pero yo sigo con mi razonamiento... hemos conseguido que a nuestros hijos, no podamos corregirlos, como nuestros padres hicieron con nosotros -y no estoy hablando de palizas, sino de una colleja "bien dada", o una zapatilla bien lanzada-, porque llega algún juez iluminado y nos "casca" tres meses de prisión y otros seis más de alejamiento. Hemos conseguido, que nuestros hijos, estudien o no, pasen de curso -vayamos a que se traumaticen-, y así llegamos a todos unos "señores" universitarios con una faltas de ortografía "de libro", o que no son capaces de comprender lo que leen. Hemos conseguido alcanzar la máxima estupidez "igualitaria" de "los miembros, las miembras y les miembres" (el último es de cosecha propia, mis disculpas Don Miguel -de Cervantes-). 

Hemos llegado a la banalidad de tal manera que si no "publicas" todo lo que has hecho, haces o harás en el "Pajarito", o en el "Caralibro", y no tienes como mínimo dos mil seguidores en ellos, es como si no lo hubieras hecho, no haces o no harás, además de "no ser nadie".

De política no voy a hablar... porque ejemplos tenemos a cada instante, de todos los "colores y sabores"... No hace falta que siga poniendo ejemplos, ¿verdad?.

Y ante cada revés o traspiés, acudimos a "Papá estado" a que nos salve, acudimos a la "instancia superior"... lloramos y pataleamos para ser salvados -de nuestras propias estupideces e insensateces-.

Y digo yo ¿Donde ha quedado nuestra capacidad de asumir riesgos? ¿Donde ha quedado nuestra responsabilidad ante nuestros propios actos? ¿Donde ha quedado nuestra capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo? ¿Donde ha quedado nuestra capacidad de dialogar sin llamar "rojo de mierda" o "facha asesino" a quien discrepa de nuestras opiniones?...

Ahora resulta que un niño se carga a varios seres humanos en el colegio y resulta que el "pobrecito" no es responsable de sus actos.

Ahora resulta que nos vamos de TURISMO a países "clase B", y no nos responsabilizamos de lo que pueda sucedernos. Y clamamos para que vengan a sacarnos de ahí...

Y creo que no es que padezcamos el "Síndrome Coronel Tapioca", sino que nos hemos convertido en una "Sociedad Coronel Tapioca", en la que pensamos que no somos responsables, que para eso está "Papá Estado"... 

Don Arturo, se quedó Vd. corto en sus apreciaciones -opino-. Y ahora ya podéis atizarme a placer.